La venta de energía fotovoltaica en España: una inversión de futuro

26/02/2009

La venta de energía fotovoltaica en España: una inversión de futuro

Desde el año 2004 se ha producido un boom de la energía fotovoltaica en España. La razón: los incentivos desarrollados por el Gobierno estatal. ¿En donde radica la diferencia con respecto a otros países como Italia?. Éste ha sido el motivo principal del trabajo desarrollado por dos profesores de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la ULPGC.

 

instalacion_fotovoltaica.jpg“En Italia se ha primado la producción de la energía fotovoltaica, mientras que en España se ha promocionado su venta”, destaca el profesor Felipe Díaz, del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la ULPGC, que desde hace varios años trabaja e investiga en torno a las energías renovables. Esta diferencia de incentivos entre el gobierno español y el italiano es una de las principales conclusiones de un trabajo desarrollado junto al profesor Fabián Déniz, compañero del mismo departamento, y a Marco Giammatteo, un ex-alumno Erasmus de la Universidad de La Sapienza (Italia), a quien ambos profesores dirigieron su proyecto de fin de carrera en su momento y cuyo objetivo fue plantear la creación de una planta fotovoltaica en Canarias.

 

La investigación nace, en primera instancia, como consecuencia de una nueva asignatura que se incluye en el nuevo Plan de Estudios de Ingeniería, y que se basa en el aprovechamiento de energías renovables. Además, los estudios constatan que en España se ha detectado un gran boom de producción de energía fotovoltaica durante los últimos años. “Ya habíamos realizado trabajos sobre las políticas de promoción de esta energía renovable en España, y en concreto en Canarias”, señala el profesor Díaz.

 

Pero el segundo paso que se pone de manifiesto en esta investigación era comparar los incentivos en nuestro país con respecto a otro, como Italia, en donde las políticas de promoción eran muy similares y, sin embargo, los resultados han sido más exitosos en España.

 

La energía fotovoltaica es una de las grandes apuestas de los gobiernos en materia energética, ya que se trata de una energía renovable que permite el aprovechamiento de la energía solar para crear energía eléctrica gracias a unos paneles fotovoltaicos. La instalación de estos paneles ayuda a la consecución del principal objetivo de las energías renovables: la disminución de la dependencia de los combustibles fósiles en la generación eléctrica

 

Comparativa de políticas de promoción

Hasta el año 2004, la política energética que existía en España sólo primaba instalaciones (colocación de paneles) que produjeran potencias de hasta 5 KWp , es decir, potencias que se conseguían con instalaciones de reducidas dimensiones. Sin embargo, lo interesante, a juicio de los investigadores de la ULPGC, era primar mayores potencias, tal y como puso de manifiesto un Real Decreto en el año 2004. “De hecho, desde ese momento se vio como aumentó considerablemente la producción de energía fotovoltaica gracias a la colocación de paneles en grandes extensiones de suelo”.

 

Pero lo destacado de este fomento de energía renovable en España, tal y como exponen los investigadores de la ULPGC en su trabajo comparativo, ha sido la forma de incentivar la producción. En España se ha primado la venta de energía fotovoltaica que cada instalación produce. Esta venta se realiza a la compañía eléctrica, que está obligada a pagar al dueño de la estación fotovoltaica un porcentaje muy superior al coste de la energía eléctrica convencional. De hecho, en el año 2004 llegó a pagarse la energía fotovoltaica hasta un 575% más que la tarifa de referencia en el mercado.

 

En definitiva, la instalación de grandes superficies de paneles fotovoltaicos en terrenos o en tejados constituyó una excelente inversión para aquellos que se decidieron a apostar por esta energía renovable. En Italia, las políticas de fomento eran algo parecidas a España, aunque con una diferencia esencial: la venta de esta energía al mercado libre no contaba con unas primas económicas tan suculentas como las españolas. Además, se ofrecía una segunda alternativa al productor de energía fotovoltaica: ceder la energía que producía a cambio de no pagar su consumo de energía eléctrica. Esta doble alternativa consiguió que en Italia se fomentara la creación de instalaciones fotovoltaicas, pero sin una perspectiva de gran beneficio económico como la del mercado español, lo que no disparó su producción.

 

Además, hubo otros aspectos que han condicionado esta diferencia en la producción de un país y otro: en Italia el nivel de vida es muy superior al español, por lo tanto, el incentivo real de producir esta energía en nuestro país es mucho mayor. Y, por otro lado, los investigadores Felipe Díaz y Fabián Déniz señalan que la población española es mucho más receptiva que la italiana a la implantación de energías renovables. De hecho, en los últimos dos años, y dado que ya existe una cultura por potenciar las energías renovables, el Gobierno español ha variado su política de fomento, reduciendo las primas por producción, y promoviendo las instalaciones en cubiertas de edificios frente a las que se ubican en terrenos. Estas políticas de fomento siguen siendo un gran acicate para aquellos que poseen grandes extensiones de terrenos o de cubiertas de edificios, y también para cualquier familia, que en algo más de nueve años puede rentabilizar su inversión y, lo más importante, ayuda a preservar el medio ambiente.