Universitarios contra la soledad de los mayores

28/06/2018

Universitarios contra la soledad de los mayores

Una ayuda mutua. Este es el objetivo del la Asociación Social Asistia, que promueve un voluntariado social de universitarios gracias a la convivencia con personas mayores mientras estudian su carrera.

 

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María Luna Quintana está matriculada en el primer curso del Grado de Diseño de Interiores y este año, mientras cursaba sus estudios, se decidió a compartir parte de su ‘vida familiar’ con Teresa, una señora que le abrió las puertas de su casa gracias a la Asociación Social Asistia. “Mi padre escucho en una entrevista en radio la posibilidad que me ofrecía Asistia de participar en este voluntariado social que a mí me pareció una gran idea, puesto yo vivía sola y me apetecía compartir con alguien algunas conversaciones al llegar a casa, y además de este aporte emocional me venía bien compartir gastos”. Fue una experiencia muy enriquecedora para ambas: “Constantemente nos escuchábamos y nos aconsejábamos de la mejor manera, teníamos ganas de saber la una de la otra… es una situación que no había vivido nunca antes y vivir con una desconocida que finalmente se convierte en parte de tu familia fue una historia muy bonita”, explica.

 

A Daniel Vázquez, estudiante de Ciencias del Mar y llegado de Sevilla a Gran Canaria, le pareció también una gran idea compartir vida y gastos con una persona mayor mientras estudiaba la carrera. “Me enteré por las propias publicaciones de la ULPGC y debo decir que mi experiencia ha sido muy positiva, no puedo estar más contento”. Pierre, el señor de 82 años que lo acogió en su casa “me explicó muchas cosas sobre la vida y costumbres de las islas, porque yo nunca había estado aquí y todo era nuevo para mí”. Pierre es muy culto y adora la música, así que consiguió que Daniel también comenzara a acercarse a ella, junto a la cocina y al cine. “Nos gustaba mucho ver viejas películas de los Hermanos Marx y similares, o videos musicales y cosas curiosas en el ordenador, ¡y él siempre tiene cosas curiosas que contarme!”.

 

Para los mayores también es una experiencia vital única. María del Mar Álvarez, Trabajadora Social de Asistia, comenta que esta iniciativa ayuda a paliar el problema de soledad que afecta a muchos mayores. “El principal motivo que hace que las personas mayores se acerquen a nosotros para participar en esta iniciativa de voluntariado social es la soledad”. Tras el proceso de convivir con un universitario, muchos de ellos “dicen sentirse nuevamente motivados para enfrentarse a un nuevo día, pues tienen a alguien en casa por el que merece la pena levantarse con una sonrisa”.

 

De hecho, esta convivencia intergeneracional favorece que los mayores se sientan “más dispuestos y abiertos a aprender nuevas prácticas, como por ejemplo, el contacto con las nuevas tecnologías”.

 

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Pierre lo tiene claro. Desde que el año pasado tuvo su primera experiencia compartiendo alojamiento con Daniel, sigue participando en este proyecto de voluntariado social. “Para mí es algo fundamental, y no concibo ahora mismo estar en casa sin compartirla con un estudiante. Me aporta muchísima seguridad saber que estoy acompañado”. Además, Pierre no pierde oportunidad para ‘venderse’ a otros estudiantes: “soy de nacionalidad francesa y hablo inglés, alemán y francés, con lo que le ofrezco al estudiante la oportunidad de mejorar su idioma o aprender uno nuevo”.

 

El caso de Pierre es ejemplar para otros mayores, ya que en su etapa profesional viajó mucho y vivió grandes experiencias, lo que le ha permitido tener una mentalidad muy abierta y adaptarse muy bien a la juventud. “Para mí, esta experiencia es 100% recomendable, porque aporta muchas ventajas, entre ellas destaco que he aprendido a navegar por internet o a escuchar música on line, además de compartir tardes de paseo y cine”.

 

Para los universitarios, es acercarse a la generación de sus abuelos, que les brinda la oportunidad de desarrollar una escucha activa y empática y una extremada compresión de otros estilos de vida y pensamientos. Por ello, para la Asociación Asistia es vital conseguir que jóvenes y mayores muestren una cierta empatía inicial que les permita un convivencia pacífica y fructífera. “Realizamos un proceso de selección especial en donde entrevistamos a los jóvenes y mayores, y les preguntamos por sus estudios y datos personales, pero también por sus motivaciones, y así cruzamos los datos para valorar si los dos perfiles son compatibles”.

 

Entre los principales requisitos que se exigen, debe existir, por parte de la persona mayor, una oferta de alojamiento en una vivienda con las garantías mínimas de habitabilidad, higiene y espacios. Estas personas deben acreditar un grado de autonomía suficiente para la realización de las actividades básicas de la vida cotidiana y la ausencia de trastornos graves de conducta.

 

Por su parte, los universitarios, además de acreditar que debe ser autónomos y sin trastornos de conducta, no puede tener ningún tipo de adicción.

 

De este modo se consigue el objetivo: que las personas mayores envejezcan de una manera más activa y que los jóvenes puedan tener la posibilidad de tener un alojamiento en donde compartir gastos y nuevas experiencias de vida. Para participar en este proyecto, todo aquel interesado puede consultar la web www.asociacionsocialasistia.org  o mandar un correo a asa@asociacionsocialasistia.org