ÁNGEL TRISTÁN. Presidente del Consejo Social de la ULPGC

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Entrevistamos a

29 Mayo 2015

ÁNGEL TRISTÁN. Presidente del Consejo Social de la ULPGC

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“Los Consejos Sociales han ido tomando un mayor protagonismo en la vida universitaria”

 

“Los Consejos Sociales han ido tomando un mayor protagonismo en la vida universitaria”

 

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El periodista y ex director del periódico La Provincia, Ángel Tristán Pimienta, tomó posesión, el pasado mes de mayo, como nuevo Presidente del Consejo Social de la ULPGC, en un acto presidido por el Presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, y por el consejero de Educación, Universidades y Sostenibilidad, José Miguel Pérez. Tristán Pimienta sustituye en el cargo al empresario y musicólogo Lothar Siemens.

 

1. Tras haber tomado posesión de su cargo, ya ha mantenido varias reuniones con el Rector de la ULPGC. ¿Han acordado, inicialmente, algún aspecto relacionado con la actualidad de la Universidad?

Me he reunido dos veces con el Rector. En la primera conversación el Rector me expuso el estado actual de la ULPGC. También me puso al día de algunos de los problemas de la Universidad y cómo se están abordando. Por otro lado, hablamos sobre las relaciones que vamos a mantener el Rector y el Presidente del Consejo Social para desarrollar las funciones que tenemos encomendadas por ley. Y hemos decidido mantener reuniones periódicas para analizar las novedades que se vayan produciendo y para exponer los distintos puntos de vista sobre temas puntuales.

 

2. ¿Cuál es, a su juicio, el valor actual de los Consejos Sociales de las Universidades?

Desde mi punto de vista, los Consejos Sociales están en este momento en un proceso de desarrollo en toda España, porque la necesidad va modulando el órgano. Los Consejos Sociales se crearon hace años con unos objetivos que no son exactamente los que tienen en la actualidad, porque, poco a poco y a través de sucesivas leyes, han ido tomando mayor protagonismo en la vida universitaria y desarrollando funciones más precisas que las de ser la intorlocutora de la sociedad civil en la Universidad. No hay que olvidar que el 80% de los presupuestos de las universidades públicas procede de los impuestos, ni hay que olvidar tampoco que esos presupuestos son los presupuestos de una época de crisis y de una nueva era que no va a cambiar en aspectos sustanciales. Por lo tanto, estos presupuestos hay que administrarlos con la prudencia y la austeridad que exigen las actuales circunstancias. Y hay que aumentar el control sobre la propia Universidad y sobre sus administradores y usuarios, y hay que buscar financiación externa y nuevas fórmulas de financiación interna que no impliquen un aumento de los costes para los alumnos. De este modo, se está consolidando la idea de que los Consejos Sociales deben tomar las funciones propias de un Consejo de Administración de una institución universitaria. Porque los que aportan el dinero a las universidades públicas, los contribuyentes, deben tener la oportunidad de controlar su gasto y su administración.

 

3. En estos primeros meses de su mandato, que coincide con el final de un curso académico, ¿en qué se va a centrar su trabajo?

Lo prioritario es seguir trabajando en la línea que lleva haciendo este Consejo Social en los últimos años, que está desarrollando su trabajo con una gran profesionalidad y ecuanimidad. A mi me procupa que los profesores y alumnos entiendan que los tiempos han cambiado sin que nadie en concreto los haya hecho cambiar, sino el impulso de la sociedad. Y esa sociedad está exigiendo a los alumnos de las universidades públicas que estudien más y mejor y que asuman las consecuencias de sus actos y decisiones, porque hay menos dinero y hay que administrarlo con criterios de eficiencia y responsabilidad. Y los profesores, que asuman también, junto a su condicion académica y de investigadores, su condición de servidores públicos.

 

4. Por tanto, usted está de acuerdo con la aplicación de la Normativa de Progreso y Permanencia de la ULPGC, que sigue siendo un “caballo de batalla” de algunos sectores de la comunidad universitaria.

No puedo decir que estoy totalmente a favor. La misma norma recoge el procedimiento para su revisión. Toda ley, norma o reglamento puede ser revisada porque el desarrollo, por su propia naturaleza, produce nuevas circunstancias. Pero la revisión no puede ser caprichosa sino según las reglas establecidas. Porque hay una delgada línea roja entre la flexibilidad y la prevaricación. Esta norma se implanta para mejorar la calidad de la docencia, pero también para mejorar la accesibilidad social a la universidad. Pero hay que mejorar también en el concepto de responsabilidad personal del estudiante, al que parte de su acceso a la universidad se le paga de los impuestos de todos. Lo que sí creo es que hay que resolver todos aquellos casos particulares que, ajenos a la voluntad del alumno, puedan dañar su derecho a la igualdad de oportunidades. Y yo le he prometido a los alumnos que todos los casos particulares que se me presenten, y que obezcan a razones ya contempladas en estas normas, serán atendidos, de tal forma que ningún alumno pueda ver mermado su acceso a la Educación Superior.

 

5. Con respecto a la relación de la universidad con el ámbito empresarial, usted indicó en su toma de posesión que ambas no deben ser ajenas. ¿Cómo pretende articular esta relación para que exista una mayor vinculación entre las dos?

Hay empresas que han financiado cátedras o proyectos importantes, pero que, a su vez, le son beneficiosos a las propias empresas. Las empresas invierten con ánimo de retorno, no sólo económico, sino también en lo que respecta a mejoras para su propia actividad, en cuestiones de I+D+i… Por tanto, la Universidad lo que tiene que hacer es que los distintos institutos de investigación trabajen con un prisma de utilidad social en una parte de su trabajo, y que, además, en ese trabajo hagan un catálogo dirigido a las empresas para explicarles sus valores. Pero la iniciativa no sólo debe estar en manos del Consejo Social o de los empresarios que estén en este Consejo. La iniciativa la tienen que llevar a cabo los propios grupos e institutos. Y aquí tenemos trabajo por delante. Creo, en este sentido, que la universidad debe trabajar, aparte de con la imprescindible investigación básica, general y visionaria, con un sentido de marketing.

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