JOSÉ A. PÉREZ TAPIAS. Filósofo y político

Entrevistamos a

26 Dic 2014

JOSÉ A. PÉREZ TAPIAS. Filósofo y político

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“Las Humanidades hacen una transferencia de conocimiento a la sociedad a la que las Universidades se deben”

 

“Las Humanidades hacen una transferencia de conocimiento a la sociedad a la que las Universidades se deben”

 

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El filósofo y político socialista José Antonio Pérez Tapias participó recientemente en el II Memorial Pepe Alonso que organizó el Aula Manuel Alemán del Vicerrectorado de Cultura y Atención Integral de la ULPGC. Su intervención se tituló ‘La verdad es cuestión de justicia’.

 

1. ‘La verdad es cuestión de justicia’. ¿Me puede explicar su razonamiento?

Podemos empezar citando a dos autores. Uno de ellos es Enmanuel Levinas, que dice que “sin justicia no hay verdad”, y establece esa vinculación fuerte entre estos dos valores, que a veces se han visto separados. Creo que lleva mucha razón, porque la verdad que entendemos los humanos sobre nuestros conocimientos, sobre nuestra existencia, requiere, entre otras cosas, unas relaciones con los otros de reconocimiento recíproco. Y eso es una cuestión de justicia, y sin esa justicia no podemos acceder a una verdad compartida que vamos consiguiendo a través del diálogo, de la comunicación... Y la verdad, como decía Orwell, es muy necesaria en los tiempos que vivimos. Y decir la verdad es un acto revolucionario. Y en una época de engaño generalizado y de un capitalismo cínico que nos lleva a extremos demenciales, pues, decir la verdad es una cuestión de justicia y un acto revolucionario.

 

2. Por tanto esta frase que usted ha puesto como título de su intervención cobra una especial relevancia en el momento actual…

Pues sí. Porque estamos en una sociedad que queremos que sea de la información, de la transparencia, pero aparecen nuevas formas de opacidad, de engaño… y a veces hace que nos instalemos en un cinismo muy duro y muy desconsiderado, sobre todos aquellos que se creen muy fuertes en sus posiciones de poder. Y entonces hay que hacer valer una verdad que se abra paso en el campo política, en el campo social y entre los mismos medios de comunicación.

 

3. Usted en la actualidad es Decano de Filosofía en la Universidad de Granada y está muy cercano al campo humanístico de las Universidades. ¿Cómo valora los cambios generados actualmente en la educación superior, sobre todo en su área?

Estamos en una posición un tanto paradójica. Socialmente hay toda una retórica a favor de las Humanidades y sin embargo, desde el punto de vista de las prioridades económicas, no están las Humanidades entre ellas. En mi facultad, y en general en las facultades de letras, hay mucha sensibilidad respecto a esto porque las Humanidades, las Ciencias del Hombre, implican una amplia gama de saberes (filosofía, historia, antropología, filologías…) que son imprescindibles para impulsar el desarrollo cultural y la reflexión crítica argumentativa. Y todo eso es culturalmente imprescindible y, en ese sentido, pensamos que las Humanidades deben tener el trato que se merecen. Pero ahora estamos en un contexto donde priman criterios no solo económicos sino economicistas, y las Humanidades no tienen un rendimiento inmediato como otro tipo de saberes como los tecnológicos. O las humanidades no hacen una transferencia de conocimiento al ámbito empresarial como ocurre con otras ciencias, pero hacen una transferencia a la sociedad a la que las Universidades se deben, y este es uno de los sentidos de la universidad como institución.

 

4. ¿Cree que el perfil del estudiante universitario actual está interesado en ‘nutrirse’ de este tipo de iniciativas como a la que usted ha acudido, en donde se fomentan actitudes transversales como el espíritu crítico?

Hemos pasado por fases donde el conocimiento se articula a través de los planes de estudio y está muy segmentando con pocos elementos de transversalidad. Todo eso dificulta estos elementos indispensables en una formación universitaria, que no debe tener sólo puestas las miras en un campo de trabajo en el futuro, sino también en una visión humanística, ciudadana. Los estudiantes actualmente tienen ese interés latente y es cuestión de suscitarlo y trabajarlo, a través de su curiosidad sobre algo de los que no se les ha informado lo suficiente en las aulas. Y estoy seguro de que así pueden generarse muchos debates en las facultades, donde también los estudiantes se pueden sentir protagonistas de lo que hacen, y no sólo espectadores

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